Sadismo perverso: El trasfondo oscuro y diabólico de «El Juego del Calamar», la serie #1 de Netflix
Una nueva producción se está apoderando de la atención de millones de personas en todo internet, ignorando el lado tétrico y panorama oscuro que contiene, y que no se capta a simple vista.
Netflix fue un claro ejemplo de ello, demostrando así que varias de sus producciones llegaron a recaudar millones y adquirir un fanatismo sorprendente luego de capturar la mirada de miles con tramas clichés y otras innovadoras.
Aunque ha pasado un tiempo desde que el coronavirus llegó y la situación en muchos países ha mejorado, la plataforma no ha dejado de ser una de las mejores, y nos lo demostró con su más reciente éxito.
«Squid Game» o «El Juego del Calamar» hace poco llegó a los primeros puestos de visitas en Netflix, convirtiéndose en todo un ícono llamativo, según muchos, por su trama y personajes.
Actualmente, esta serie está en boca de millones, mientras las redes sociales se inundan de comentarios, imágenes, memes y hasta spoilers de la misma, la cual ha sido catalogada como una de «las mejores series de toda la plataforma».
Se trata de una producción surcoreana de 9 capítulos, dirigida por Hwang Dong-hyuk, y con género establecido en suspenso, con una trama llena de violencia, muertes, simbolismo y lo peor del caso, sadismo, todo en niveles explícitos.
¿Qué debes saber si no la has visto?
«El Juego del Calamar» se centra principalmente en la historia de un grupo de personas con serios problemas económicos, quienes en su búsqueda por salir de sus situaciones encuentran la oportunidad de dejar atrás la miseria y la desgracia.
Para ello, deberán participar en un juego de tintes infantiles; el ganador se llevará consigo hasta 45.600 millones de wones (moneda surcoreana), pero aquel que pierda morirá instantáneamente de un frío y seco balazo.
En la vida real, «El Juego del Calamar» existe, aunque solo como un juego de entretenimiento infantil donde los niños compiten para ganar, haciendo figuritas en el suelo hasta formar dicho animal; este es el original, de donde el escritor de la serie asegura haberse inspirado y darle un toque un poco más siniestro.
El director de la trama la ha descrito con adjetivos como brutal, sádica, realista y simbólica, con la cual busca reflejar un poco de la realidad moderna en la sociedad, aquellos individuos que por dinero serán capaz de hacer cualquier cosa, ya sea por ambición hacia éste o por necesidad.
¿Esconde un significado oculto?
El tráiler de la serie y las imágenes de la misma que se han compartido y viralizado en redes sociales dan mucho de qué hablar, porque se muestra siniestra, sangrienta y visceral; algo que a muchos usuarios ha asustado, mientras que a otros, los ha enganchado.
No se ha confirmado que «El Juego del Calamar» haya sido creada con fines infernales o demoníacos, pero de una manera indirecta arroja cierta luz que le da esta tendencia un tanto oscura.
En la sociedad actual, muchos internautas y usuarios de redes sociales o diferentes plataformas, han adquirido una fascinación por tramas sanguinarias y violentas como estas, por lo que al ver lo que la serie refleja, solo alimenta más estos gustos.
La principal preocupación de este asunto es que se corre el riesgo de que los espectadores tomen actitudes más violentas, llevándolos, en el peor de los casos, a cometer crímenes o atrocidades.
Ciertamente existen películas más violentas que ésta, tales como «La Masacre de Texas», «Destino Final» y hasta la saga de «Juego del Miedo», todas con altos niveles de sangre, muerte y violencia, que crean sensaciones antinaturales en las personas.
Todo individuo está en su total derecho y libertad de ver lo que desee a favor de su entretenimiento, sin embargo, debe recordar que hay cosas que repercuten en su mente, pensamientos, actitudes y personalidad.
El consejo acá sería tomar en cuenta la recomendación dada por el apóstol Pablo en 1 Corintios 10:23, donde destaca que si bien se puede hacer de todo, no todo es bueno y saludable.
Le instamos a mantener siempre la discreción y pedir discernimiento al Espíritu Santo de Dios sobre lo que es bueno y lo que no para nuestras vidas, sabiendo que Él siempre querrá lo mejor para nosotros.
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